Hay instantes en la vida que nos ponen contra las cuerdas, que nos tumban y nos empujan a hacernos preguntas. Preguntas que nos pueden cambiar la vida. Y digo que nos pueden cambiar la vida, porque nos cambian por dentro.
La pandemia mundial que atraviesa el mundo ha sido uno de esos instantes. Ha tumbado el sistema sanitario, económico y laboral. Hay una pandemia, que no es la del coronavirus, que es silenciosa y, a menudo, invisible: los trastornos de la salud mental.
Presta atención a tu salud mental
De eso quiero hablarte hoy: de lo que está oculto, de lo que permanece invisible, de lo que pasa desapercibido. Son muchas las personas que atraviesan algún trastorno de la salud mental, pero la pandemia ha hecho explotar lo que ya estaba ahí. Nos ha obligado a estar en casa, a estar lejos físicamente de las personas que queremos. Nos ha empujado a observar, en silencio y en soledad, quiénes somos, de qué estamos hechos, cuáles son nuestros miedos.
La pandemia tiene un mensaje poderoso: no hace falta llegar al límite para prestar atención a lo que se agita en tu mente, en tus entrañas, y en tu interior. No hace falta llegar al límite para cuidar de ti, de tu salud mental y escuchar qué tienen para decirte tus emociones.
Este es, quizá, uno de los mayores actos de valentía y de amor propio que podemos poner en marcha hacia nosotros mismos: darnos la oportunidad de observarnos en el dolor y, sobre todo, de atender ese dolor.
Antes de seguir, quiero decirte algo: a veces, donde duele es donde se sana.
Escúchate
Hay una voz que no usa palabras: escúchala. Si algo te duele, si te incomoda o te provoca miedo: ahí es. En esos lugares es donde están las respuestas a las preguntas más importantes de tu vida. Si algo te molesta, ya sea físico, mental o emocional, presta atención: te está diciendo algo. Acércate a esa parte con cariño y compasión. Habla con ella, hazle preguntas, conversa con esa parte de ti como si fuese una nueva persona que llega a tu vida.
Pregúntate: ¿qué necesito en este instante, hoy, aquí, ahora? Darte lo que necesitas te va a permitir convertirte en tu propio refugio.
Cuando escuchamos nuestros pensamientos y emociones es normal que aparezca el miedo. Es posible que se acerque a ti y te susurre: no lo hagas. Quédate como estás. Sigue como si no pasara nada. El miedo no es malo: intenta protegerte de lo desconocido. Por eso, te invito a que desplaces el miedo y la culpa por la curiosidad.
Porque voy a decirte algo. Los grandes cambios no surgen desde el miedo: surgen desde el amor, la escucha, la empatía y la comprensión.
Acercarte con curiosidad a esas partes de tu mente que te aterrorizan te va a permitir mirarte con otros ojos. Cuando te aproximes a esos lugares con curiosidad y sin juzgarte te vas a dar cuenta que lo que tú crees que es tu condena, puede ser la fuerza que te movilice hacia aquello que te importa, que te emociona, que te hace sentir viva.
Sé que la pandemia, la incertidumbre y el aislamiento que te puede provocar te puede asustar. Es posible que te dé terror. Lo comprendo: estuve ahí. En ese mismo lugar en el que tú, tal vez, te encuentres ahora. Por eso, me gustaría recordarte algo: no estás sola, estás contigo. Estás bien, estás a salvo. Aunque tu mente se empeñe en hacerte creer lo contrario: estás ahí para ti. Siempre lo has estado y siempre lo estarás. En los momentos más difíciles y más dolorosos es cuando más te vas a necesitar. Por eso, siempre que no sepas qué hacer: vuelve a ti. Regresa a ti una y otra vez. A cada rato. A cada instante.
Te dejo algunas herramientas y formas para que vuelvas a ti cuando sientas que no puedes más, en los que no sabes cómo continuar:
Vuelca tus pensamientos en el papel. La mente es como un mono que va saltando de rama en rama. De pensamiento en pensamiento. ¿En qué piensas cuando estás mal? ¿Qué te repite tu mente una y otra vez cuando sientes ansiedad, tristeza, angustia o atraviesas un bucle depresivo? Anota todos esos pensamientos. Necesitas saber en qué y cómo piensa tu mente cuando estás mal. Esto te va a permitir aprender a reconocer cuando tu mente te empuja a un bucle de pensamientos negativos inconscientes. Agarra un cuaderno y un lápiz o abre un documento en tu computadora y escribe todos esos pensamientos que invaden tu mente. Volcarlos en el papel te va a permitir dos cosas: saber qué piensas cuando te sientes mal y vaciar tu mente de ese exceso de pensamientos negativos y autodestructivos.
Crea tu propio botiquín de emergencia emocional. ¿Qué significa esto? Tómate un momento y reflexiona sobre las personas, actividades y situaciones que te ayudan a sentirte mejor, a conectar contigo y a rescatarte en los momentos difíciles. Te pongo un ejemplo: en mi caso, mi botiquín de emergencia emocional está compuesto por el deporte, el yoga, la meditación, la escritura, la pintura y conectar con personas que me hacen bien. Explora qué recursos te ayudan a ti. No hay una fórmula cerrada ni única: crea tu propio espacio de refugio en momentos difíciles.
No esperes a sentirte mejor para hacer aquellas cosas que te hacen sentir mejor. Esto funciona a la inversa: necesitas poner en marcha las cosas que te ayudan sin esperar a tener la fuerza de voluntad y la motivación necesarias. Al principio te costará mucho, lo sé. Cuando estamos mal todo es gigante, difícil e inmenso. Te invito a que empieces poco a poco: dedica un ratito cada día a alguna actividad que te haga bien. Comienza con cinco o diez minutos al día y aumenta el tiempo de forma progresiva. No esperes a tener tiempo o ganas: crea tú esos espacios.
Respira: vuelve a ti. La respiración te va a ayudar a calmar la mente y las emociones que traen los pensamientos negativos. Inhala hinchando el abdomen y al expirar suelta el aire. Mientras respiras te invito a que hagas lo siguiente: al inspirar di “momento” y al expirar “presente”. Ayúdale a tu mente a entender que el único instante posible es en el que te encuentras ahora. Te dejo la página web de la experta en mindfulness y profesora de psicología en la Universidad de Santa Clara, Shauna Shapiro. En su web podrás encontrar meditaciones que yo misma he probado y que, quizá, te sean útiles. Las tienes en inglés y en español. Esta es su página: https://drshaunashapiro.com/ , y aquí puedes encontrar las meditaciones de las que te hablo: https://drshaunashapiro.com/meditations/ .
Antes de despedirme de ti, quiero recordarte algunas cosas:
La primera es que tú y tu vida merecéis la pena. Tu salud mental merece la pena. Atiéndete ahora, hoy, en este instante. Si necesitas ayuda, contacta con un profesional de la salud mental.
Pedir ayuda no es de débiles, atravesar un trastorno de salud mental y contactar con un profesional de la psicología no es de personas locas: es propio de las personas valientes, es un síntoma de amor propio, un acto de valentía y una forma de moverte hacia la felicidad.
Da pasos hacia ti y hacia tu felicidad, pide ayuda profesional y a las personas que quieres, trabaja en ti y todo irá bien.
Recuerda: siempre puedes volver a empezar
Conoce a la autora
¡Hola! Me llamo Sandra García Moreno. Soy periodista, escritora e investigo sobre salud mental. Exploro formas y herramientas para sentirnos mejor, aumentar nuestro bienestar y felicidad. Cuando Silvia, la creadora de Neuroglia, me pidió escribir esta newsletter lo tuve claro: era un sí.
Estoy diagnosticada de ansiedad generalizada y sufrí bucles depresivos desde la infancia. La mejor decisión de mi vida fue pedir ayuda y decir en voz alta que no sabía cómo continuar. Llevo un año en terapia y a día de hoy estoy dada de alta en cuanto a mi depresión. En la actualidad soy una persona feliz, que se levanta con ganas de vivir, algo que, durante las etapas más difíciles de la depresión, había olvidado. Por eso, quiero decirte que puedes rescatarte y reconstruirte. Estamos hechos para rescatarnos a nosotros mismos. La vida está esperando a que le digas que sí. Muévete hacia tu felicidad y trabaja en ella cada día. Lo bueno de la vida está esperándote. Da pasos hacia ella. Si quieres saber más sobre mí, hacerme alguna pregunta o crees que te puedo ayudar en algo, me puedes encontrar en Instagram como @sandragarciamarias o contactar conmigo a través de mi correo electrónico: sgmorenoarias@gmail.com. Estoy a un mensaje de distancia.
Gracias por tu tiempo y por leer esta newsletter.
Con cariño,
San.
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